Si alguien me preguntase por el estado actual del mercadeo “retro”, mi respuesta a día de hoy sería que, en base a lo que veo y a lo que hablo con otras personas, el “boom” que nos ha estado sacudiendo a lo largo de estos últimos años es poco más que un eco de lo que fue. En otras palabras, el mercadeo ya no atrae con igual fuerza y poco a poco el interés es menor, limitándose a círculos cada vez más pequeños hasta que, finalmente, llegará un día en el que deje de interesar y vuelva a ser lo que fue, un nicho para cuatro coleccionistas y nostálgicos de los que nadie se acordará.
Cuando hablo del mercadeo “retro” me refiero al producto original, tanto software como hardware, cuyo comercio está promovido en gran medida por quienes lo disfrutaron en su momento y desean volver a hacerlo o por los coleccionistas. Lo dije en otro post y lo vuelvo a hacer: las tiendas llevan mucho tiempo inflando los precios, siguiendo la estela de lo que se lleva años haciendo en páginas de compra y venta como eBay. Y lo hacen, en mi opinión, por una razón muy concreta, con la que está de acuerdo bastante gente con la que he hablado del tema: debido a que son productos no reproducibles, tanto el comercio de los juegos como el de las consolas y ordenadores antiguos son un negocio condenado al corto o a lo sumo el medio plazo, y terminará por desaparecer en el instante en el que se deje de suministrar nuevo material para su venta. De ahí que los que mercadean con ello busquen sacar el mayor beneficio posible antes de verse obligados a echar el cierre.
Las tiendas especializadas todavía tienen capacidad para aguantar el tirón un tiempo al disponer aún de mucho material pero ya he podido ver por mí mismo cómo en otros sitios, como las tiendas de segunda mano más comunes, este es cada vez más escaso o incluso ha desaparecido porque sus responsables ya no lo consideran atractivo para su venta y apenas lo adquieren o lo hacen a precios tan ridículamente bajos (que luego ellos inflan, por supuesto) que a mucha gente ya no le merece la pena ir a estos sitios a vender sus cosas. Por otro lado también hay que contar con aquellos que, tarde o temprano, se bajarán del barco al no hallar nada de su interés o, como es mi caso, porque tienen su colección prácticamente completa, reduciendo aún más el número de usuarios dedicados a esta actividad.
Otra de las causas de este retroceso es la masificación que se viene dando en los sistemas actuales, con continuos recopilatorios que permiten jugar los juegos antiguos sin necesidad de disponer del hardware original y de una forma igual o incluso más cómoda que a través de la clásica emulación del ordenador, lo que ha hecho que no sean pocos los que, optando por esta vía mucho más económica, se hayan ido apartando también del mercadeo. El panorama que se dibuja en el horizonte para quienes aún sigan en él presenta, básicamente, dos posibles caminos con sus respectivos finales. El primero es que se ignore todo esto y la burbuja siga creciendo, con precios cada vez más elevados que traten de cubrir la escasa demanda y que dicha burbuja acabe, como suele pasar, explotando con una única y fatal consecuencia, la de la absoluta pérdida de interés por todos o la mayor parte de usuarios, que habrán acabado hartos del tema y no querrán ya saber nada…
La segunda es que se produzca una paulatina pero continuada bajada de precios que mueva de nuevo el mercadeo y anime a otros a introducirse en él pero, sinceramente, creo que vamos más por el primer camino porque todo esto de lo “retro” no es más que una moda pasajera que las prácticas abusivas de la industria actual han propiciado al “obligar” al usuario más veterano a mirar hacia atrás en busca de una diversión más limpia y sencilla que la actual. Sí, esa que tuvimos la suerte de conocer los que vivimos los gloriosos años 80 y 90 y que, merced a la tendencia cada vez más evidente del paso a lo digital, con todo lo que ello supone, ya no va a darse en la misma medida y forma que entonces.
Quizá penséis que todo esto no va a desaparecer nunca, que siempre habrá quien disfrute de los juegos de 8, 16 y 32 bits, y no os faltará razón pero también os digo que cada vez serán menos los que lo hagan porque así ha ocurrido con otras artes y los videojuegos no van a ser una excepción. Si no me creéis, no tenéis más que observar vuestro entorno y a vosotros mismos al tiempo que os hacéis estas preguntas: ¿cuántos jóvenes de hoy ven películas o series de TV de antaño? ¿Cuántos escuchan la música que tanto gustaba a sus padres o abuelos? En la respuesta encontraréis el futuro que le espera a lo “retro” ya que, como los otros casos, todo esto “pasará de moda” porque habrá “cosas mejores”, lo que hará que sea olvidado por la inmensa mayoría de usuarios y por una industria que no ha dejado de apuntar hacia el futuro de la misma forma en la que nosotros mismos lo hicimos cuando éramos unos chavales. ¿O nadie se acuerda ya de lo que normalmente pasaba cuando llegaba a casa una máquina de nueva generación? En efecto, que si bien a lo mismo no de una manera inmediata, sí con el tiempo la anterior quedaba a un lado, sin apenas uso, y terminaba finalmente guardada pues centrábamos toda nuestra atención en lo que era más actual. ¿Por qué vamos a esperar que no suceda igual con lo que consideramos “retro” y su mercadeo?
Entonces, ¿no hay ninguna posibilidad de que volvamos a vivir un nuevo “boom retro” en el futuro? Yo creo que no o, al menos, no con el material que consideramos hoy como tal. Serán los juegos actuales, esos que hoy nos parecen increíbles en lo visual pero que tantos quebraderos de cabeza producen a la comunidad por culpa de un mal acabado o un excesivo afán lucrativo de la compañía que lo ha creado y/o distribuido en el mercado, los que ocuparán el lugar que hoy tienen los viejos sistemas de cartucho, cinta o disco…
Pero, además, en este caso nos encontraremos con un grave problema, el de todos esos juegos que o bien salieron con fallos que ya no se podrán reparar de la manera original porque ya no existirá soporte alguno para ellos, o los cada vez más habituales “juegos como servicio”, incompletos de inicio pero que se van viendo ampliados con el tiempo mediante descargas online. Puede que se encuentre una forma alternativa de hacer que vuelvan a estar completos, copiando los contenidos del ordenador a los otros sistemas aunque ello implique modificarlos de alguna forma pero, sea como sea, lo que es obvio es que el mercadeo “retro” parece estar abocado a su desaparición o, como mínimo, a una reducción tal que, a diferencia de lo que ha venido ocurriendo hasta ahora, acabe pasando sin pena ni gloria para la mayoría de usuarios y un público en general que, con el paso de los años, olvidará que todo esto un día existió.